lunes, 12 de marzo de 2012

No es coaching todo lo que reluce


Pero, ¿qué se entiende por coaching? ¿Cuál es la labor de esta nueva figura, denominada coach? A grandes rasgos, el coaching se encarga de mejorar el bienestar y el rendimiento laboral y personal de los individuos que no presenten problemas clínicamente significativos de salud mental o malestar psicológico. Los coaches (personas que guían el proceso de coaching) utilizan una amplia gama de aproximaciones teóricas -cognitivo-conductuales, psicodinámicas, centradas en la solución de problemas...- y una metodología basada en preguntas, para ayudar al logro de las metas profesionales y vitales de las personas, bajo la premisa implícita de que el cliente (coachee) posee en su interior las respuestas y los medios para desarrollar las capacidades que le permitirán alcanzar estos objetivos.

Tanto el coaching aplicado al ámbito laboral (coaching ejecutivo) -centrado en el desarrollo de habilidades directivas, de liderazgo o de manejo del estrés laboral-, como el coaching personal, -que trabaja de modo más integral y global con todos los aspectos y objetivos de la vida privada, social, laboral y espiritual de la persona- están cobrando un importante protagonismo en países como Italia, Reino Unido, Australia, Alemania, EE.UU y, más recientemente, en nuestro país.
Si bien el coaching no tiene un único origen y reúne elementos de numerosas disciplinas como la filosofía, la lingüística, la biología del conocimiento o la física cuántica, la psicología ha jugado un papel fundamental en su desarrollo. Los expertos señalan que sus bases se encuentran arraigadas en la tradición de corte humanista de la psicología y están estrechamente vinculadas con el movimiento del potencial humano de la década de los sesenta y la psicología positiva (Grant, 2007). De hecho, el coaching puede entenderse como una forma de concebir y aplicar la psicología a los individuos o los grupos que no presentan patologías clínicas. Fuente :infocop

martes, 6 de marzo de 2012

Salud Mental y problemas conductuales en niños

Las investigaciones demuestran que la mitad de todos los casos de enfermedades mentales que duran toda la vida comienzan a los 14 años.
Los científicos están descubriendo que los cambios en el cuerpo que conducen a las enfermedades mentales pueden comenzar mucho más temprano, antes de que cualquier síntoma aparezca.
Con un mayor entendimiento de cuándo y con qué rapidez se desarrollan áreas específicas del cerebro de los niños, estamos aprendiendo más sobre las etapas iniciales de una amplia variedad de enfermedades mentales que aparecen más adelante en la vida. Ayudando a los niños pequeños y a sus padres a superar dificultades en los primeros años de vida puede prevenir el desarrollo de trastornos. Una vez que la enfermedad mental se desarrolla, ésta se convierte en una parte normal de la conducta de su hijo y resulta más difícil de tratar. A pesar de que sabemos cómo tratar muchos trastornos (aunque aún no podemos curarlos), muchos niños que padecen enfermedades mentales no reciben tratamiento.
Entre los trastornos que afectan a los niños se pueden encontrar los trastornos de ansiedad, el trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH), los trastornos del espectro autista, el trastorno bipolar, la depresión, los trastornos de la alimentación y la esquizofrenia.
¿Qué debo hacer si estoy preocupado por los síntomas mentales, conductuales o emocionales de mi hijo?
 
R. Hable con el médico  o especialista . Haga preguntas e infórmese todo lo que pueda sobre la conducta o los síntomas que le preocupan. Si su hijo va a la escuela, pregúntele a sus docentes si han observado cambios preocupantes en su conducta. Comparta esta información con el médico o especialsta de su hijo. Tenga en cuenta que cada niño es diferente. Incluso el desarrollo normal, como cuando los niños desarrollan el lenguaje o las habilidades motoras y sociales, esto varía de niño a niño. Pregunte si sería necesario que un especialista con experiencia en problemas conductuales en la niñez le realice más evaluaciones a su hijo. Los especialistas pueden ser psiquiatras, psicólogos, trabajadores sociales, enfermeras psiquiátricas y terapeutas de la conducta. Los educadores también pueden ayudar a evaluar a su hijo.

 
Si lleva a su hijo a un especialista, pregunte lo siguiente: “¿tiene experiencia en el tratamiento de los problemas que observo en mi hijo?” No tema consultar con más de un especialista hasta encontrar el que sea adecuado. Continúe informándose todo lo que pueda sobre el problema o el diagnóstico. Cuanta más información tenga, mejor podrá colaborar con el médico de su hijo y tomar decisiones que parezcan adecuadas para usted, para su hijo y para su familia.

 
P. ¿Cómo sé si los problemas de mi hijo son graves?

 
R. No todos los problemas son graves. De hecho, muchas de las tensiones diarias pueden provocar cambios en la conducta de su hijo. Por ejemplo, el nacimiento de un hermano(a) puede provocar que un niño actúe temporalmente como si fuera más chico. Es importante distinguir entre los cambios típicos de la conducta y los que están relacionados con problemas más graves. Preste especial atención a las conductas como:

 
  • Problemas en diferentes entornos como en la escuela, el hogar o con los compañeros.  
  • Cambios en el apetito o el sueño.  
  • Retraimiento social o conductas temerosas hacia cosas a las que su hijo normalmente no teme.  
  • Repetición de conductas más comunes en niños más pequeños como incontinencia urinaria en la cama, durante mucho tiempo.  
  • Signos de malestar, como tristeza o llanto.  
  • Signos de conducta autodestructiva como golpearse la cabeza o una tendencia a hacerse daño a menudo.  
  • Pensamientos repetitivos de muerte.

 
Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos Institutos Nacionales de la Salud