jueves, 20 de diciembre de 2012

365 días en Prevención Comunitaria de Carrús


Casi  no lo puedo creer!,  ya ha transcurrido  un año de trabajo en el Barrio. No quería venir y ahora me cuesta marcharme,reconozco que me ha seducido , tan cerca y tan desconocido . Días que transcurrían  leeentos y otros a  velocidad  vertiginosa .Desde mi despacho ramplón y sola planificando la “ Intervención Comunitaria”,de manera anónima sin referentes reales.. Misteriosamente ,sin saber como,vas identificando realidades,problemas,  personas,familias,necesidades,y todo desde el silencio,silencio,silencio ...

¡Nunca antes había trabajado tan sola para tantos! Creo que el objetivo se ha cumplido,he llegado a mi meta,me espera una recompensa … de mil imágenes y personas,de colores yamaneceres; y me marcho, porque cambia el Viento y tengo que atender otros menesteres ¡Hasta siempre !

viernes, 7 de diciembre de 2012

Actividad Física : ¿cuanta ? ¿para qué ?

    

         Desde la perspectiva de resultado, la práctica de actividad física se considera como un medio para mejorar la salud, entendida como ausencia de enfermedad. La función de la actividad física sería la de curar o evitar la aparición de enfermedades, especialmente aquellas que se asocian con el sedentarismo (enfermedades hipocinéticas). Esta concepción se basa en el hecho de que el gasto energético asociado a la actividad física puede provocar determinadas adaptaciones orgánicas consideradas factores de protección frente a las enfermedades. La práctica de actividad física se justifica o se valora en la medida en que provoca dichas adaptaciones, es decir, en la medida en que mejora o mantiene la condición física relacionada con la salud. La condición física se convierte así en el principal nexo de unión entre actividad física y salud. [Como consecuencia, las propuestas prácticas se articulan en torno a variables cuantitativas (frecuencia, intensidad, tiempo, tipo de actividad) que permiten determinar objetivamente cómo se mejora o se mantiene la condición física e, indirectamente, la salud. Se subraya la existencia de efectos objetivos de la actividad física que son generalizables a todos los individuos e, implícitamente, se plantea la existencia de determinadas formas ideales de actividad física relacionada con la salud que pueden prescribirse a todas las personas.

         Desde la perspectiva de proceso la actividad física se considera fundamentalmente una experiencia personal y una práctica sociocultural, enfatizándose el potencial beneficio de la práctica de actividad física en el bienestar de las personas, las comunidades y el medio ambiente. La salud se vincula al concepto de calidad de vida, es decir, la percepción por parte de los individuos o los grupos de que se satisfacen sus necesidades y no se les niega oportunidades para alcanzar un estado de felicidad y realización personal. Desde esta perspectiva, la actividad física, además de poder prevenir o curar enfermedades, encierra potencialmente otros beneficios saludables que no se traducen en adaptaciones orgánicas. Además de sus potenciales efectos en el funcionamiento de los sistemas orgánicos, la práctica de actividad física permite entrar en contacto con uno mismo, conocer a otras personas o, simplemente, disfrutar ‘porque sí’ de la práctica de las actividades. Estos rasgos no se vinculan a consecuencias tras la práctica, sino a la manera en que personas y grupos, con sus propios intereses, gustos, capacidades y posibilidades, experimentan el proceso de llevarla a cabo. En este sentido, las relaciones entre actividad física y salud no pueden objetivarse o prescribirse, sino comprenderse y orientarse en función de las características de las personas y los grupos que la practican.

Un ejemplo puede ilustrar las diferencias entre la perspectiva de proceso y de resultado. Imaginemos a Julia y Mara, dos personas de la misma edad, con un nivel similar de condición física que van a correr 30 minutos 5 veces por semana a una velocidad de 5 minutos por kilómetro, lo que se corresponde con una 70% de su Índice Cardiaco Máximo. Desde una perspectiva de resultado, estas dos personas hacen lo mismo puesto que el tipo de actividad, la frecuencia, la intensidad y el tiempo (variables F.I.T.T.) estarán provocando adaptaciones similares en sus respectivos sistemas cardiorrespiratorios y locomotores. Sin embargo es posible que mientras corren Julia esté pendiente del tiempo y la distancia, y en cambio Mara lo esté del paisaje o de las sensaciones que experimenta al correr. O que Mara esté satisfecha porque correr le permite disfrutar de sí misma y de la compañía de su amiga, mientras Julia se sienta culpable porque piense que, en realidad, 30 minutos es ‘demasiado poco’. Puede que Julia odie su cuerpo y sienta una necesidad compulsiva de hacer ejercicio para librarse de sus ‘michelines’ mientras que Mara se acepte como es. Aunque probablemente Julia y Mara estarían consiguiendo similares efectos orgánicos con la práctica, su experiencia en el proceso es distinta. Esta diferencia no radica en las características cuantitativas de la práctica, sino en las características personales y los aspectos socioculturales que condicionan su práctica. Por tanto, comprender a las personas que realizan la práctica se convierte en una cuestión clave para entender su experiencia práctica   

Fuente :Extractado de http://cdeporte.rediris.es/revista/revista10/artpromoci%F3n.html#_edn1